Antes de darte las razones hace falta una definición, pero en esta ocasión voy a ir al grano, qué tenemos el tiempo limitado: los videojuegos independientes son aquellos que están creados por estudios solitarios en los que no hay una empresa más grande como Nintendo o Activision que les paga por el desarrollo. Básicamente un estudio independiente es aquel que tú crearías si mañana decides desarrollar un videojuego. Otra cosa es que de repente Riot te propusiera crear un videojuego por una gran cantidad de dinero, entonces de independiente tendrías lo mismo que mi amigo que vive con sus padres y acata sus normas. Puede ser que sea independiente pero que sus padres se ocupen de su manutención siempre y cuando en los próximos años les devuelva el dinero con intereses, entonces sus padres se convierten en su publisher, qué es lo mismo que ocurre si siendo un estudio independiente obtienes la ayuda de un publisher como Raw Fury. Sigues siendo independiente porque tienes el poder total de tu compañía pero con un contrato y sobretodo una deuda económica pendiente.
Por lo demás. Un juego independiente es igual de bueno, de malo o mejor que un triple AAA, un mainstream, un juego comercial o como quieras llamarle. La diferencia es solo cuestión de dinero y de quién manda a quién. Qué ocurre, qué obviamente los estudios independientes al tener muchísima menos pasta que los triple AAA tienen que reducir presupuesto en gráficos, en mecánicas, en tecnología, en marketing y en todos los aspectos que por ejemplo Fortnite no debe de lamentar.
Compra en tiendas de barrio, salva tu ciudad
Aquí sí puede decirse que entra el sentimiento de grupo más que un aspecto lógico, y es el motivo principal por el que los libros físicos que necesito los compro en Follas Novas antes que en La Casa del Libro o FNAC. Follas Novas es una librería clásica en el centro de la ciudad. Es enorme, con miles de libros de todos los géneros y al menos desde que tengo uso de razón, regentada por los mismos dueños. De vez en cuando hay nuevos empleados, pero siempre hay alguna cara reconocida. Hace unos años abrió en una calle muy concurrida una tienda de la cadena La Casa del Libro, al ser una gran cadena y comprar los libros a toneladas obtiene ventajas económicas en la que poder tener mayor margen de beneficio y reducir el precio consiguiendo que el mismo libro que venden en Follas Novas se venda un 25% más barato. Lo mismo ocurre en cualquier tienda si compramos en Amazon, donde los precios son menores porque no hay tienda física, compran en lotes y mil razones más, entre ellas la reducción de plantilla.
¿Qué sucede si en vez de comprar el mismo libro pero más caro en Follas Novas lo hago en La Casa del libro? Qué los pobres gerentes de la clásica librería tendrán que cerrar, y así una por una las librerías de Santiago irán bajando la persiana quedándose únicamente la gran cadena. ¿Y qué sucede si cierran negocios? Pues que tu prima, la que trabajaba en la librería, se queda sin trabajo, haciendo que su familia tenga grandes problemas por no pagar el alquiler, la comida, etc. ¿Y qué sucede si el casero no cobra? Pues que tampoco podrá comprar comida ni pagar servicios, haciendo que la bola del desempleo aumente. Aunque eso sí, yo he podido ahorrarme 10€ porque lo compré en la cadena de libros.
Si en vez de comprar productos independientes con el manido motivo de que no son iguales que los juegos triple AAA que me venden en todas las revistas y blogs, no es que dejemos a personas sin trabajo sino que tendremos una industria manejada por las mismas empresas. Así que dos consejos: Disfruta de un videojuego sea indie o sea mainstream, esas etiquetas las ponen los mismos que crean debates entorno a qué consola es mejor o peor. Disfruta de los videojuegos que te llamen la atención, que parezcan divertidos, qué puedan aportarte algo, seguro que entre la lista hay alguna empresa independiente que agradece no solo tu compra sino que hayas disfrutado de su juego hecho con cariño – por la cuenta que le trae si quiere obtener ventas -. El segundo consejo es: deja de ser un tirado. Si eres un influencer no le pidas el juego gratis y si lo haces y te gusta cómpralo. No lo piratees. Y si te ha gustado utiliza las herramientas disponibles en Steam u otros mercados para recomendarlo.
Videojuegos para todos los gustos
Hace poco hubo dos eventos de videojuegos. Uno para juegos mainstream y al terminar comenzaba otro evento para juegos independientes. El evento principal, el de los juegos triple AAA, estaban llenos de títulos con la misma temática y género: el espacio y acción. Apenas había cambios entre ellos salvo que alguno era con vista primera persona, otro en tercera, otro era cooperativo, otro era multijugador masivo. Era como si las grandes empresas hubiesen llegado a un acuerdo para potenciar esa temática. Como si se hubiesen copiado en el estudio de mercado que dictaba que al gran grueso de compradores – hombres, jóvenes, blancos y heterosexuales – les interesara el espacio y los disparos. Tiene lógica si lo vemos desde un punto económico: Son juegos que cuestan un pastizal desarrollarlos y la empresa no solo quiere multiplicar por dos o por tres sus beneficios sino por mucho más, tanto para pagar a los actuales trabajadores y darle un bonus considerable a la directiva y accionistas como para poder desarrollar nuevos títulos con los que obtener más ganancias. Así que el margen de error debe de ser muy pequeño y hay que estudiar muy bien el riesgo de la inversión antes de lanzar el producto.
Rebeca de Viturro, profesora gallega de historia medieval y geopolítica, comentaba en el evento GDC de Santiago de Compostela que a diferencia de los estudios independientes, las grandes empresas que obtienen su dinero no solo de sus ventas sino de accionistas y socios con poder como por ejemplo Activision deben de tener cuidado con el mensaje que quiere transmitir con sus videojuegos porque puede provocar una importante crisis entre sus futuros clientes – y no hablo solo de jugadores sino de empresas que quieren invertir pasta para promover por ejemplo las armas -. Mientras que los videojuegos independientes tienen completa libertad – bueno, depende de la autocensura – para transmitir su idea, lo cual los convierte en productos que se entremezclan entre el consumo inmediato y el arte.
El otro evento, destinado al mercado independiente, estaba lleno de colores, diferentes géneros, temáticas y música, era como ver un arco iris en el que todo el mundo tenía representación. Si te gustan los juegos tranquilos en los que vivir una experiencia aquí te enseñaban tu juego. Te gustan los juegos de acción pero no únicamente del espacio, aquí tienes la propuesta. Te gustan los arcade de antaño pero envidias las mecánicas modernas, oh, vaya, pues este juego te encantará. Los videojuegos independientes no hacen estudios de mercado desorbitados porque no tienen tropecientos salarios que pagar, no tienen que pensar en la nómina de la directiva ni en las acciones de los socios, lo cual hace que el objetivo de beneficios se reduzca considerablemente – que no significa que el desarrollo y producción de un juego no sea caro, pero no hablamos de millones de euros -. Al tener un objetivo económico más bajo, pueden explorar diferentes nichos que es lo mismo que decir distintos gustos y personalidades que consiguen una grandísima variedad que en caso de éxito suelen ser copiados posteriormente por las grandes compañías. El margen de error suele ser más alto que las empresas mainstream aunque por un motivo: si no obtienen las ventas esperadas deben de cerrar la empresa haciendo que sus empleados tengan que buscar otros empleos, algo que tambíén ocurre con las empresas grandes, pero la diferencia es que los despidos se cuentan por centenas y en el caso de una empresa indie es extraordinario llegar a un número más alto que diez.